lunes, 21 de junio de 2010

INCERTIDUMBRE...24º CAPITULO



Miraba las escaleras que la llevarían a una nueva vida. Muchos escalones, veinte en total, uno por cada año de su vida.
Mientras observaba la entrada atentamente, los estudiantes iban y venían por todo el lugar. Lo que le gustaba era la vista al mar que tenía. Con la cámara fotográfica que el había dado su madre, registraba todo a su paso. Un suspiro sube desde su pecho al recordarla. La suavidad de sus manos y verla peinar su largo pelo en las mañanas, eran imágenes grabadas en su mente.
Luego de mirar las enormes columnas de entrada del edificio, decide comenzar de una buena vez con su vida. Las mesas de información y registro estaban llenas de alumnos deseosos y temerosos de empezar las clases. Un murmullo, un susurro que producían los alumnos con sus peguntas y charlas la estremecen, recordándole el sonido del bosque. El ruido se iba apagando mientras estos ingresaban en sus aulas. Un joven, parado ante la puerta de la rectoría le hace señas para que se acerque. Con una sonrisa tranquiliza los nervios de marina, al entrar en la enorme habitación puede ver en la pared detrás del hombre canoso, que se encontraba sentado ante un montón de papeles sobre el escritorio, un escudo, que tenia una flama dorada y unas palabras, Regio Patria Nostra.
Es un regalo que me hicieron mis camaradas, cuando pertenecía a la Legión Extranjera, antes que ellos partieran al desierto, yo era su instructor.
A todo esto, Marina solo podía observar fascinada el cuarto, infinidad de objetos antiguos adornaban las paredes y el piso. Pinturas de soldados, banderas viejas y rotas, que evidentemente estuvieron en batalla. Varios sables en unas vitrinas con sus nombres. Un sable le llamo la atención y se acerco hasta el. La hoja curva estaba apenas enrojecida, como herrumbrada. No pudo evitar acariciar la hoja aun con filo. Unas palabras en otro idioma que no conocía estaban escritas en la hoja donde se unía con la empuñadura.
El rector se levanta de su asiento, con una pequeña satisfacción por tener que dejar los papeles un momento.
Es un alfanje, la espada casi de los hombres del desierto, esta es muy especial para mí, el color rojizo que le ha llamado la atención, es sangre. La sangre del enemigo no se limpiaba luego de la batalla, como símbolo de los grandes guerreros y para demostrar a los demás que no había cobardía en ellos. Las palabras grabadas en su hoja, significa, “extranjero eres nuestro amigo”.
Luego de volver la espada en su lugar, con un ademán la invita a sentarse delante de el. La beca que se le ha otorgado, es un gran honor merecerla, espero que usted se de cuenta del valor que esto significa.
Durante muchos años hemos observado a distintos alumnos al cual se le ofrece esta distinción. Esto estimula a los estudiantes destacados, para que estudien más cómodos y tranquilos. A la universidad les es muy conveniente esto, ya que muchos becados egresados de aquí, son personas reconocidas en el mundo.
Marina escuchaba atentamente cada palabra del hombre casi no podía creer su suerte. Pensaba buscar trabajo para poder costear el estudio, ahora se dedicaría a estudiar.
Mientras salía de la rectoría acariciaba su medallón, que nunca se había sacado y que siempre la acompañaba.
El rector miraba por la ventana con una sonrisa, en un dedo de su mano izquierda tenía puesto un anillo, se podía observar un emblema muy detallado, una serpiente mordiéndose la cola.

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